27.4.13

¿Que es la felicidad?

7.4.13

Las cosas que no pude responder.

¿Por qué aún sientes dentro de tu pecho todos los latidos de mi cuerpo?
¿Por qué no dejo de sentir que todavía formas parte de mi piel?
¿Por qué decides que te quieres volver loca cuando yo me he vuelto cuerdo?
¿Por qué intentamos avanzar mirando de reojo lo que pudo ser?
¿Por qué las cosas que arreglamos al besarnos las rompemos con palabras?
¿Por qué si yo te digo "adiós"... el corazón me dice "inténtalo otra vez"?
¿Por qué parece que sólo nos entendemos con las luces apagadas?
¿Quién diablos sabe calcular bien la distancia que debemos mantener?
¿Por qué es tan raro que el amor siempre resiste mucho más de lo que dura?
¿Por qué hay cuestiones en mi piel que sólo puede respondérmelas tu piel?
¿Por qué si vuelves a mandar algun mensaje aún se me rompen las costuras?
¿Por qué hacemos cosas que juramos que no llegaríamos hacer?
¿Por qué si aún sientes lo de antes tus ojos me dicen ya no me haces falta…?
¿Por qué si siento lo de siempre no me atrevo a decirte "quédate"?
¿Por qué será que la felicidad ya nunca nos devuelve la llamada?

El corazón... es un alumno limitado que nunca aprende.
El corazón... siempre la misma asignatura para septiembre.
El corazón... que sale a caminar con los cordones desatados.
El corazón serán los restos de un tal vez que no ha cicatrizado.
El corazón parece ser que está empeñado en que lleguemos tarde…
El corazón…que ya está acostumbrado a caminar sobre un alambre... 



 

PS: Adoro esta canción. 

3.4.13

Es solo rutina.

Me acostumbré a despertarme en una cama demasiado grande para mi, sola y sin amor.
Me acostumbré a poner en mi cara una sonrisa y salir a enfrentarme al mundo y todos los problemas que conlleva un día.
Me acostumbré a no estar triste y de mal humor teniendo en cuenta que los demás también tienen sus propios problemas.
Me acostumbré a ir a clase por la mañana y ver siempre las mismas personas apagadas y poniéndose histéricos por los ruidos.
Me acostumbré con los mismos compañeros y sus historias, con las mismas tareas..
Me acostumbré a vivir en un mundo lleno de personas tristes, pesimistas, donde la depresión es un modo de vida y la sonrisa que enseñan es una mascara.
Me acostumbré a ver personas infelices por que no tienen lo suficiente, a pesar de que tienen mas de lo que necesitan. O personas que lo tienen todo pero no valoran nada.
Me acostumbré con toda esta hipocrecía y con toda esta adulación desesperada para integrarse en su círculo.
Me acostumbré con toda la falsedad que me rodea, con los que presumen de sus vidas perfectas.
Me acostumbré con esta prisa, con reproches, lamentos, ataques de ira u odio.
Me acostumbré con los cotilleos y la curiosidad de los demás por saber sobre las vidas de los otros.
Me acostumbré con los consejos redundantes sin sentido y dichos sin pensar, exagerados de mentes limitadas.
Me acostumbré con los don perfectos donde yo soy una imperfecta anormal.
Me acostumbré a que me consideren demasiado sensible, romántica o dulce y de las advertencias de que si me entrego demasiado puedo ser decepcionada.
Me acostumbré con la envidia, con los que piensan que tengo una vida perfecta.
Me acostumbré a no pensar en mi, ya que siempre pienso en los demás.
Me acostumbré a correr de aquí allá sin lograr gratificar a todos, y luego intentando justificarme inútilmente.
Me acostumbré a estar siempre bajo lupa y que me juzguen por cada palabra, gesto, elección  o hecho.
Me acostumbré a anhelar por la justicia, paz, belleza y sinceridad.
Me acostumbré a ser amada y odiada al mismo tiempo.
Me acostumbré a ser mentida y pretender que no sé la verdad.
Me acostumbré a perdonar y empezar de cero.
Me acostumbré a ser abandonada, juzgada y perder.
Me acostumbré con todas aquellas preguntas existenciales como los 'porque's o con los 'y si...' que repito constantemente.
Me acostumbré a hacer lo que debo y olvidar a hacer lo que me gusta y quiero.
Me acostumbré a ofrecer sin recibir nada a cambio.
Me acostumbré a que no me espere nadie cuando llego a casa.
Me acostumbré a equivocarme y después lamentarme.
Me acostumbré a esperar incertidumbres y querer lo imposible.
Me acostumbré a llorar y lamentar mis cosas escondida entre las cuatro paredes de mi cuarto.
Me acostumbré a perderme y a encontrarme, odiarme y amarme, exigirme y perdonarme...
Me acostumbré a esperar el amor y la felicidad.

Es solo rutina.


2.4.13

Sí, aun existen hombres...

Si, aun existen hombres...
  • que saben ser tanto chulos entre hombres, como unos señores en sociedad.
  • que saben separar la actitud de un estadio de un comportamiento elegante.
  • que saben ser unos buenos maridos, padres, novios, amantes, compañeros y amigos.
  • que no son como unos papagayos cuando intentan ser caballerosos.
  • que saben cuánto deben decir, cómo hacer una observación sin ofender.
  • que saben qué deben decir y lo que no deben decir cuando hablan con una mujer sin aburrirla.
  • que son sensibles y románticos y no se avergüenzan de eso.
  • que viven por la felicidad de la mujer que tienen a su lado y que aprecian la familia mas que a nada.
  • que no olvidan del cumpleaños de su madre o del de su novia y tienen en cuenta los eventos importantes de las vidas de sus seres queridos.
  • que tienen paciencia con los niños, que son responsables y protectores.
  • que saben hacer que una mujer se sienta hermosa y deseada solo con una mirada, y cuándo deben desnudar a una mujer solo con la mirada.
  • que saben cómo y cuándo coquetear haciéndolo de una manera elegante, sin parecer unos deseperados.
  • que no comparan a su novia con su ex.
  • que saben respetar y amar a su madre y hermana sin compararla con su novia.
  • que no son unos creídos lo que refiere a su belleza o su economía.
  • que no presumen de sus anteriores conquistas, tampoco con sus cosas.
  • que aprecian el arte, la cultura en general y no solo se preocupan por el deporte o la política.
  • que lloran cuando algo les sensibilizan, cuando echan algo de menos, cuando se sienten solos o impotentes.
  • que creen que no se humillan cuando se ponen de rodillas delante de su novia o cuando le pide perdón.
  • que no considera que las tareas domesticas son solo cosas de mujeres .
  • que son educados, tienen estilo y buen gusto.
  • que saben ser guapos y sexy sin tener un abdomen demasiado trabajado, ni ojazos o no son como nuestros ídolos de películas.
  • que tienen personalidad sin imponerse de forma agresiva sus ideas.
  • que son alegres, tienen humor, divertidos sin parecer unos bufones.
  • que no les da vergüenza leer, ir al teatro o ver películas románticas.
  • que no critican a sus anteriores novias.
  • que no dependen totalmente de los cuidados de sus novias.
  • que no son superficiales.
  • que no impresiona a una mujer solo con cosas materiales.
  • que no se esconden siempre tras unas escusas o no buscan siempre culpables por sus fracasos.
  • que saben hacer el amor con una mujer sin hacerla sentir utilizada.
  • que saben hacer cumplidos sin algún interés.
  • que en sus brazos una mujer se sienta segura y protegida, y ese lugar le parezca el mejor del mundo.
  • que saben que una mujer necesita ser apoyada, protegida con palabras, miradas, atención y cariño.
  • que no viven con la impresión de que una mujer necesita mucho mas para ser satisfecha, y que saben hacerlas felices con gestos y cosas sencillas.

Secretos.

Secretos.
Todos tenemos secretos... desde los mas absurdos, infantiles hasta los secretos más  oscuros. Hay secretos que esconden logros, sueños o alegrías y secretos que esconden traumas, fracasos, errores. Tenemos secretos propios, que nos pesan y tenemos  la necesidad de confesarlos. También tenemos los secretos de los demás que nos pesan el doble y nos hacen ser responsables por la seguridad de aquellas personas.
Es solo nuestra decisión si queremos confesar nuestros secretos o no, porque tenemos todos los derechos sobre ellos. ¿Pero, tenemos derecho sobre los secretos de los demás?
Cuando alguien confía en ti sus secretos te sientes honorado , importante, te sientes persona, sientes que tienen confianza en ti. Y tienes la impresión de que si guardas esos secretos, le haces un favor a esa persona. Te enseñan el valor y el poder, porque se siente seguro y confían en ti de que les respetas sus secretos. De esta manera evita ser expuesto ante los riesgos y ser juzgado.
¿Cuantos de nosotros realmente somos capaces de guardar aquello que nos puede perjudicar de alguna manera? 
A veces  es muy tentador liberarnos de ellos, contarlos a todos, sin saber que pueden llegar a ser temas de cotilleos o incluso pueden ser utilizados como arma de venganza en contra nuestra.
"Nada pesa tanto como un secreto" decía La Fontaine.
Recuerda, cuando se te ha entregado un secreto, se te entregó un alma, una vida. Se te dió un testo de poder y condición humana.