31.1.15

Todo ese miedo que me das.


No me da miedo caminar a oscuras, ni quedarme sola en casa. No me dan miedo las alturas, ni los monstruos de debajo de la cama. No me dan miedo las pesadillas, ni las agujas. No me dan miedo los cementerios, ni la niebla, ni la velocidad… Y es que los miedos más comunes son los que realmente menos miedo me dan.

Me da miedo no encontrarte nunca, me da miedo perderme y con ello no encontrarme a mí. Me da miedo no sentir pena si te marchas, me aterra que te quedes y yo no esté. Me da miedo buscarte y esperarte y que tú no vengas nunca. Me da miedo que nunca llegues a abrazarme ni a llamarme. Me da miedo que pase mucho tiempo intentando que esto funcione y que el problema que tenemos, no tenga solución. Me da miedo cruzarme contigo y no verte, me da miedo que desaparezcas de repente, o lo que es peor, que aparezcas. Me da miedo soñar contigo y no querer despertar. Me da miedo que me rompas y que me olvides. Me da miedo llorar y que no valga la pena. Escribirte cartas, dedicarte canciones. Me da miedo que existas y no saberlo. Me das tanto miedo que cada vez que siento que estás ahí salgo corriendo.

Tengo la esperanza de que un día por fin me atreva a ponerme frente a ti, cara a cara y que al hacerte frente, todo ese miedo que me das desaparezca sin dejar rastro. A tocarte lentamente, olvidando que si me ganas acabaras conmigo. No te prometo nada. Pero si te veo algún día intentaré tirar por la ventana todo ese miedo que me das.

24.1.15

Y al final...


Se terminó como se termina un sueño al sonar el despertador. Se cerró como se cierra una puerta con la fuerza del viento. Se murió como se mueren las gotas de agua al llegar al mar. Se ahogó como se ahoga un pez fuera del agua. Se apagó como se apagan las luces de la calle al amanecer. Se abandonó como se abandona el miedo a perderlo todo. Se fundió como se funde una vela después de tanto arder. Se olvidó como se olvida un momento insignificante. Se agotó como se agota el vino de una botella. Se rompió como se rompe un corazón inmaduro. Se separó como se separan dos palillos chinos. Se estropeó como se estropea un dibujo de acuarela bajo la lluvia. Se estancó como se estanca la rueda de un monovolumen en la orilla embarrada de una laguna. Se quemó como se quema una hoja bajo una lupa a pleno sol. Se secó como se secan los campos en un año sin lluvia. Se consumió como se consume algo que se usa en exceso. Se extinguió como se extinguieron los dinosaurios. Se acabó como se acaba toda historia que nunca empezó.


Y al final comprendí una cosa, que cerca del final siempre hay algo nuevo.


Nos dimos mil oportunidades para empezar una historia... 
También comprendí que no podemos obligar a alguien a querernos, el interés no se pide: se demuestra, es una de las cosas innatas que fluyen de uno mismo. 
Cuando alguien decía "no corras detrás de alguien que ya sabe donde estas", comprendí una vez mas que tenia mas razón que un santo.


Por eso tomé la firme decisión de empezar a valorarme a mi misma antes que nadie,  para saber luego quién me aprecia. Yo, desde luego, aunque me muera de ganas por tenerte entre mis labios, aunque me muera de ganas por follarte, aunque me muera de ganas por mirarte a tan solo dos centímetros de mí ... primero estoy yo. 

Hay cosas que, por mucho que el corazón se encoja, debemos escuchar a la razón y no luchar por alguien que no para cuenta en nosotros. Hay cosas que no se pueden cambiar, aunque eso nos rompa en millones de pedacitos. 

6.1.15

Eso que me dijeron.

"Me dijeron que la cara con una sonrisa cambia. Y eso hice, sonreír. Me dijeron que tú estarías conmigo siempre. Para toda la vida. Me dijeron que no perdiese mi magia. Y en eso estamos. Me dijeron que todo esfuerzo tiene su recompensa. Que las cosas fáciles no se valoran tanto. Que lo mejor está por venir. Y que vivir el momento es lo que cuenta. También me dijeron que una actitud positiva ante las cosas  hace verlas de otra manera. Me dijeron que había que perseguir los sueños. Buscarlos y encontrarlos. Puedo decir que he conseguido muchos.

Me dijeron que no hay miedo. Que todo pasa y todo llega. Que la posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante. Me dijeron que después de la tormenta llega la calma. Pero que debemos aprender a bailar bajo la lluvia. Que nunca digas nunca. Que hoy sí y mañana no. Que todos somos más fuertes de lo que pensamos. Que hasta mañana, no. Hasta el jueves.

Me dijeron que el rosa y el  rojo no se llevan bien. Que las bicicletas son para el verano. Que las cosas claras y el chocolate, espeso. Que todo saldrá bien. Y que todos los triunfos nacen cuando nos atrevemos a comenzar.

Que los amigos son la familia que elegimos. Y que los de verdad se cuentan con los dedos de una mano. Y yo tengo los mejores. Que no hay mal que por bien no venga. Que la Navidad está a la vuelta de la esquina. Y yo ya estoy nerviosa. Que llorar nunca fue de cobardes. Y que hay que reír hasta que duela la barriga.

Me dijeron que hay cosas que no se cuentan y mueren en los corazones. Que todos somos importantes. Que tú y yo siempre es una buena idea. Que debemos mirar el vaso medio lleno. Que una hoja en blanco es el comienzo de algo. Que es bueno hablar a las plantas para que crezcan sanas. Que todo es ponerse. Y que no hay nada imposible.

Que entre el blanco y el negro hay una amplia gama de grises. Que antes de decir que no te gusta, has de probarlo. Que los domingos de invierno molan. Y en casa mucho más. Que visitar museos no es aburrido. Y que la gente feliz lee y toma café. Que menos es más. Que el que no arriesga no gana. Que al pan, pan y al vino, vino. Que a las duras y a las maduras. Que las personas inteligentes duermen poco porque las mejores ideas surgen justo antes de caer en el sueño.

Me dijeron que disfrutase. Que el tiempo pasa volando. Me dijeron que lo nuestro era un amor para la historia. Me dijeron. Me dijeron tantas cosas que me gustaría recordarlas todas. Me dijeron que desde entonces soy mucho más feliz.

Me dijeron que los fines de semana están para vivirlos.

Ya saben. "


LCDQ